Batería de San Ramón. Playazo de Rodalquilar

7-12/2009

Mi primera intención era hacer un recorrido por la Cala del Carnaje, Punta de la Polacra con la Torre de los Lobos y por último la batería de San Ramón en el Playazo de Rodalquilar. En el mismo entorno y con muy poca distancia entre sí, permite verlo todo de forma sosegada en una mañana y sin necesidad de madrugar. Pero remoloneamos más de la cuenta y dejamos la visita a la Torre de los Lobos y Cala del Carnaje para mejor ocasión.
Salimos de casa y nos dirigimos primero a San José, donde visitamos a nuestros amigos M. Ángeles, Pasqui y el simpático Manuel, que compartió sus Gormitis con  Aitor y Marta. Formaron un trio precioso y no pararon de jugar en toda la mañana.
Después de ver su bonita y acogedora casa en el centro de San José, salimos todos juntos para el playazo

El día era muy luminoso y realzaba el ya de por sí espectacular paisaje que nos rodeaba

Camino del castillo llamó nuestra atención esta pequeña cala de arena fina

a la que vendremos a pasar alguna tarde y darnos un baño en cuanto suban las temperaturas.

San Ramón es una batería para cuatro cañones cuya misión era vigilar el litoral comprendido entre el cerrico Romero y la cala San Pedro, con cuya batería cruzaba el fuego de su artillería.
Durante la guerra de la independencia quedó muy maltrecha y en 1875 fue enajenada por el estado y adquirida por un particular.
Actualmente convertida en vivienda particular, ha sido reparada y reconstruida en parte con bloques de cemento, echándose de menos una labor rehabilitadora que recupere esta fortificación.

Costa abrupta, con soberbios acantilados, aguas cristalinas, cuevas  e imponentes fondos marinos que invitan a practicar el submarinismo

A diferencia de los tonos oscuros  de piedra volcánica habituales en el cabo de gata, las rocas presentan por aquí un tono amarillento que en su unión con el azul intenso del mar producen un bello contraste de colores.

Terminado el paseo por los alrededores del playazo nos acercamos a la Isleta del Moro, donde nuestros niños, aprovechando que estábamos en la costa de los piratas, decidieron emular a Long John Silver camino de la isla del tesoro

Y aquí en la isleta, una vez terminado el abordaje de los temibles bucaneros, ponemos fin a la aventura.